La estación del año influye en nuestro estado de ánimo, cuando empieza el buen tiempo nos apetecen vinos llenos de energía y de color. Para disfrutar aún más de las buenas temperaturas y de fechas tan señaladas como la verbena de San Juan, el Cava rosado es el acompañante ideal. Hoy proponemos diferentes maridajes para disfrutar del Cava más glamuroso y seductor.
Antes de descorchar las chispeantes burbujas rosadas y brindar por la noche más corta del año, lo primero que hay que saber es que su distintivo color se debe a que se utilizan uvas tintas para su elaboración.
El vino base del Cava rosado, puede estar compuesto por uvas tintas (por normativa mínimo 25% del coupage) y uvas blancas, aunque muchos Cavas del mercado usan variedades únicamente tintas. El color se consigue gracias al contacto de las pieles con el mosto, la tonalidad resultante puede variar desde un rosa pálido hasta un color piel de cebolla, dependiendo del coupage final, el tiempo de maceración y el de crianza. La tendencia es a utilizar maceraciones cortas, sobre todo para los Cavas con menos tiempo de crianza. Contamos con cinco variedades tintas permitidas para su elaboración; Garnacha tinta, Subirat Parent, Trepat, Pinot noir y Monastrell.
Por lo tanto, el Cava rosado se diferencia de cualquier otro Cava en las variedades utilizadas para elaboración del vino base. A partir de ahí el Cava seguirá el mismo proceso de producción, siguiendo todos los pasos que componen el método tradicional.
El Cava rosado es el rey de la copa afterwork. Se caracteriza por su frescor, suele tener notas de frutas rojas, bayas frescas, laurel y flores que lo hace muy agradable y fácil de beber.
“El Cava acaricia y apacigua las elaboraciones más extremas; finalmente, y en este punto el Cava rosado es especialmente adecuado, para el momento del aperitivo, por sus burbujas alegres, frescor, y atractivo color. Es un delicioso estimulante del apetito que, además, incita la producción de saliva y crea sinergias sensoriales placenteras con mariscos, encurtidos y otras clásicas elaboraciones servidas en el momento aperitivo”
Todo ello sin olvidar el efecto refrescante de los espumosos, ideales para maridar noches con amigos.
“Yo siempre me imagino un Cava rosado de terraceo si puede ser delante del mar, en verano y con buena compañía. Maridado con los colores naranjas y casi rosados del atardecer. No hace falta contar con alta cocina, con una tapa a base de salmón ahumado tendríamos el plan perfecto”
El Cava rosado resulta muy buen compañero gastronómico. Hay dos opciones básicas a la hora de elegir un vino para una comida: la suma de sensaciones afines o el contraste de dichas sensaciones. El Cava, gracias a su buena acidez y equilibrio, es el acompañante ideal entre bocado y bocado, así lo afirma el sumiller Ferrán Centelles:
“El Cava es una bebida versátil y que, además, tiene un componente festivo y glamuroso. A nivel gastronómico, los sumilleres lo usamos en tres direcciones básicas; primero, como compañero de menús degustación, cuando por la mesa desfilan numerosas elaboraciones de distinto estilo; segundo, para aquellos platos en los que los vinos tranquilos encuentran dificultades, como en el caso de altas intensidades de salado o vinagre”.
La noche del 23 de junio es habitual servir sardinas a la brasa en varias regiones de nuestro país. Para acompañarlas se recomienda un Cava Guarda rosado Brut Nature, que ayudará a limpiar la boca de la textura grasa de este pescado azul de penetrante olor y creará un contraste aromático gracias a las notas afrutadas del Cava.
Es un desafío encontrar la bebida más adecuada para las noches de reuniones con familiares y amigos debido a la variedad de platos que se sirven en dichos encuentros, en los que son habituales las barbacoas a base de carne. La potencia gustativa de la carne a la brasa necesitará de un vino con amplitud y cremosidad. La estructura de un Cava de Guarda Superior Reserva o Gran Reserva, con un envejecimiento superior a 18 y 30 meses respectivamente, lo convertirá en el acompañamiento perfecto de la carne especiada y un tanto tostada.
Aperitivos y ensaladas, recetas a base pasta o verdura, pescados, mariscos, guisos y carnes, y también postres como la Coca de San Juan. Existe una variedad enorme de Cocas, pueden ser de piñones, de crema, de fruta confitada… Su dulzor la hace ideal para servirla junto a un Cava rosado Brut, destacará la delicadeza del postre y armonizará con la fruta de la coca, sobre todo con aquellas que incluyen cerezas confitadas.
El Cava rosado es único por varias razones. En primer lugar, por su calidad excepcional, determinada por su origen. Por otro lado, debido a la diversidad de categorías y la variedad de estilos o tipos de Cava rosado que podemos encontrar en el mercado. Esta amplia gama nos ofrece la posibilidad de movernos entre uno y otro en base a lo que vayamos a comer o lo que nos apetezca en ese momento.
“Me gustan mucho los Cavas rosados que son más comedidos en su fruta, que son completamente secos. Muestran muy bien las variedades y el clima de España, y las opciones de maridaje con este estilo de Cava rosado son innumerables”,
Es difícil superar a un vino rosado ligero, refrescante y afrutado en las épocas de más calor. Tal y como dice la periodista Ruth Troyano:
“El color nos sugestiona, y el del rosado es luz, energía, optimismo, buena onda... Servirlo en días luminosos es lo más, pero también nos puede iluminar los más grises”. A todos nos encanta el rosado en su versión burbujeante.
¿Y si empezamos por poner un poco de luz en nuestras noches de verano?