Cava es sinónimo de excelencia, y alcanzarla requiere de genuidad. Lo garantiza todo el proceso de elaboración que, al mismo tiempo, ofrece distintos tipos de producto -según la crianza y su contenido en azúcar-, los que convierten al Cava en una de las bebidas más versátiles del mundo.
A la ya garantía de calidad que supone el método tradicional, se suma una clasificación de mayor grado de exigencia con la introducción de las categorías de Cava de Guarda y Guarda Superior. Todo ello para identificar aún mejor el origen y la trazabilidad de cada una de nuestras pequeñas joyas e identificar de manera más clara los segmentos de Cava según su crianza. Una clasificación única que coloca a la D.O. Cava a la vanguardia de los vinos espumosos de calidad que siguen el método tradicional.
Conocer sus categorías es adentrarse en un mundo de sabores e historia… La que da a cada botella la crianza en bodega. Los meses de guarda son los que decidirán dichas categorías, desde el Cava de Guarda (mínimo 9 meses) hasta los de Guarda Superior, con un período de reposo de más de 18 meses (RESERVA), 30 meses (GRAN RESERVA) o los valorados Cavas de Paraje Calificado, con crianzas superiores a los 36 meses.
En definitiva, multiplicidad de opciones para disfrutar, y mucho, no tan solo de la calidad del Cava sino de sus infinitas opciones de maridaje.