Los orígenes del cava tal y como lo conocemos están estrechamente ligados a las últimas décadas del siglo XIX, cuando Josep Raventós i Fatjó elaboró unas de las primeras botellas de cava en Sant Sadurní d’Anoia, Penedès, en 1872, utilizando variedades autóctonas y el método tradicional. Tan solo diez años después, tras las consecuencias devastadoras de la plaga de filoxera que diezmaron grandes extensiones de superficie de la vid en Europa, muchos viñedos de cava en Cataluña se replantan con las variedades Xarel·lo, Macabeo y Parellada. Avanzamos hasta el 1888, y nos encontramos en la Exposición Universal de Barcelona, la primera Exposición Universal de España que dejó algunos de los monumentos icónicos a nuestra querida ciudad mediterránea, incluido el Monumento a Colón o el Arco de Triunfo del estilo modernista, confirmando la aparición de este nuevo movimiento artístico y cultural. Otros maestros del Modernismo como Domènech i Montaner o Antoni Gaudí también aportaron diseños y pabellones a la Exposición. Así nacía en Cataluña el estilo del Modernismo, y también las burbujas del cava.
El modernismo aprovechó el impulso artístico catalán, coincidiendo con la prosperidad industrial de Cataluña de finales del siglo XIX. En términos arquitectónicos, las líneas rectas se sustituyeron por las curvas, la mirada se volvió hacia la naturaleza, incorporando elementos ornamentales de flores y frutas, y adoptó los excesos decorativos, en una forma y personalidad únicas, tal como lo hicieron el Art Nouveau o Art Deco en Francia, Bélgica, Inglaterra o Austria. Más allá de los propósitos puramente estéticos, el movimiento se extendió a las nuevas formas de los edificios, su entorno y los objetos cotidianos, y su presencia en Cataluña no se limitó a las ciudades: municipios más pequeños y zonas rurales aún cuentan con un patrimonio excepcional de esa época. La zona de Penedès no fue una excepción: sus diferentes subzonas y municipios, entre ellos la "capital del cava", Sant Sadurní d'Anoia, albergan monumentos arquitectónicos que son un verdadero espectáculo para la vista. ¿Vamos a descubrir algunos de los ejemplos más impresionantes?
Nuestra ruta modernista por la región vinícola del Penedès arranca en Sant Sadurní d'Anoia. A finales del siglo XIX este núcleo urbano de producción de cava fue testigo no solo del gran cambio en el mapa vitivinícola de los viñedos circundantes y del creciente interés por las variedades blancas, sino también de un verdadero boom industrial que, al igual que en otras partes de Cataluña, impulsó a muchos empresarios exitosos a encargar impresionantes residencias y bodegas modernistas a los principales arquitectos de la época. Un ejemplo de ello es la Casa Lluís Mestres, diseñada por Santiago Güell en 1909-1910, en medio de la recuperación económica posfiloxérica, y completada dos años más tarde, en 1912. Su fachada destaca por sus motivos naturalistas, las molduras, ornamentación floral y el impresionante trabajo de forja en las barandillas de los balcones y la puerta principal. Abandonando los límites del municipio, encontramos uno de los ejemplos más notables de la arquitectura civil modernista: las impresionantes bodegas Codorniú, o Cavas Codorniú. Construidas entre 1895 y 1915, fueron encargadas por el gran impulsor de Codorniú y una de las figuras clave en la historia y la economía del Cava, Manuel Raventós, a quien fue un gran maestro del modernismo catalán, el arquitecto Puig i Cadafalch. El conjunto es un complejo tejido de construcciones industriales, con los arcos de medio punto de ladrillo en la bodega principal, soportando unas bóvedas rebajadas que llegan hasta la fachada. Debajo se encuentra un verdadero laberinto de bodegas subterráneas, donde los cavas Codorniú realizan la segunda fermentación y crianza a una temperatura siempre constante.
Desde Sant Sadurní d'Anoia viajaremos hasta el Baix Penedès, hasta la localidad de L'Arboç en la provincia de Tarragona, el corazón de esta zona geográfica, llena de bonitas viñas que dan origen a algunos de los mejores vinos tranquilos y espumosos. El Palau Gener i Batet fue diseñado en estilo modernista eclecticista y completado en 1877, después de unas complejas obras arquitectónicas que duraron 12 meses. Este magnífico edificio lleva el nombre de Josep Gener Batet, oriundo de Arboç, que se convirtió en el tercer hombre más rico de toda España de aquel entonces, habiendo amasado su fortuna en Cuba con la marca de tabaco La Escepción y regresando a su ciudad natal en 1873. En su deseo de mostrar los logros de su vida, el gran industrial y comerciante de la época encargó este palacio residencial que cuenta con una amplia balconada con balaustradas, dos torres-mirador y vistas a un impresionante jardín.
En la misma zona de Baix Penedès nuestra exploración del Modernismo catalán nos lleva a visitar una imponente masía Cal Pla en la localidad de Cunit. Este edificio de tres plantas nos sorprende con su gran balconada y una torre poligonal que se creó como un perfecto mirador al entorno, que antiguamente incorporaba una gran variedad de cultivos diferentes en la parte norte de la localidad. Construido entre 1911 y 1929, fue diseñado parcialmente por el arquitecto paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier, responsable de la nivelación del jardín el Campo de Marte al lado de la Torre Eiffel en París o del paisajismo de los jardines de Montjuïc en Barcelona. ¡Un toque de influencia francesa bien integrada que también reconocemos en algunos coupages de cava con presencia de Chardonnay o Pinot Noir!
Chardonnay y Pinot Noir son solo dos de las nueve variedades de uva autorizadas en la elaboración de cava. Esta diversidad da lugar a una amplia gama de estilos diferentes, similar a una impresionante variedad de viñedos de Cava. Exploremos algunos de ellos dirigiéndonos a la zona del Garraf donde encontraremos el Celler Güell, o la Bodega Güell, ubicado en un pequeño núcleo del Garraf, extensión del municipio de Sitges al que se accede por la pintoresca carretera costera entre Sitges y Barcelona. Este conjunto arquitectónico modernista fue creado a finales del siglo XIX por el industrial y empresario Eusebi Güell i Bacigalupi, primer conde de Güell. Güell fue mecenas y promotor de las artes y, como tantas familias de la época, poseía varios viñedos en la zona del Garraf. La uva se destinaba a la elaboración de vinos, y su orujo, a los destilados, por lo que se encargó una bodega a la que posteriormente se sumaron una casa y una capilla. Estas construcciones asimétricas de inspiración neogótica se atribuyen en ocasiones a Francesc Berenguer i Mestres, discípulo de Antoni Gaudí, o incluso al propio Gaudí, pero su autoría exacta está envuelta en un manto de misterio; igual que algunas de las mejores cosas de la vida: basta pensar en los orígenes inciertos del primer vino espumoso de la historia.
Güell es un apellido histórico en Cataluña que dio destacados empresarios, abogados, políticos y arquitectos a la zona. Santiago Güell es el creador de nuestra próxima obra modernista, la Casa Guasch i Estalella en Vilafranca del Penedès, capital del Alt Penedès, cuya totalidad forma parte del territorio de la D.O. Cava. Esta casa con un intrincado adorno inspirado en la naturaleza fue construida originalmente como una residencia en 1905 y actualmente alberga una farmacia en su planta baja. Cada elemento aquí está diseñado con el máximo nivel de detalle, desde las puertas con arcos de medio punto hasta las barandillas de balcón de hierro forjado. En cuanto a su ubicación exacta, a los amantes del vino nos será fácil recordar el nombre de la calle: Parellada. Esta variedad a menudo juega un papel minoritario en los coupages de Cava, pero cuando se cultiva en las condiciones adecuadas, que a menudo suponen una mayor altitud de plantación, su delicadeza y finura realmente hablan por sí solas. Además de Casa Guasch i Estalella, Vilafranca de Penedès ofrece un rico patrimonio modernista formado por las más variadas tipologías de edificación: viviendas unifamiliares, locales administrativos y por supuesto bodegas de vinos y licores, claros exponentes de la importancia de la arquitectura industrial en esta zona.
Estos son tan solo seis monumentos del complejo mosaico modernista de Penedès, pero todos ellos demuestran la fuerte presencia de este movimiento en Cataluña en todos los ámbitos, incluida su industria vitivinícola que destaca por una efervescencia vertiginosa. ¡Ya tenemos seis razones más para explorar el patrimonio tan variado de las tierras del cava!